Entregar en pandemia

Fase II

El 1° de agosto de 2020, en medio de lo más alto de la primera ola de contagios y defunciones por covid-19 en Brasil, alguien pidió una comida por una app de delivery. Del otro lado, Luan Araujo tomó la orden. Montó su motocicleta y fue a entregar el pedido, en Belo Horizonte. El conductor de un Audi se saltó una luz roja y atropelló a Luan. La moto se elevó unos siete metros antes de caer al suelo. Luan sufrió un traumatismo craneoencefálico, una fractura abierta en uno de sus muslos y debieron amputarle parte de la pierna derecha tras el choque. Con este trabajo mantenía a su esposa y tres hijas.

El 29 de julio de 2020, Jefferson Nascimento, de 40 años, fue atropellado por un auto que se dio a la fuga, en São Paulo, Brasil, donde vive. Tenía tres días sin poder trabajar, por cuidar a su hijo enfermo, y ese día solo había podido tomar tres deliverys (por su ausencia, el algoritmo lo estaba excluyendo). Por eso aceptó este aunque eran más de las 11 de la noche. Pese a contar con más de 4.500 entregas y con una tasa de evaluación muy alta, y haber notificado a la empresa sobre el accidente, se le descontó el valor del pedido que no alcanzó a entregar.

Carolina, migrante venezolana, tuvo que trabajar con miedo de contagiarse, por necesidad, pese a las comorbilidades que padece. Laurilee, también migrante venezolana, tuvo que sortear la delincuencia y calles solitarias, producto de las restricciones de movilidad. Rocío, joven argentina, ha tenido que defenderse del acoso sexual de algunos usuarios, sin respaldo de la aplicación para la que trabaja.

Las historias de Luan, Jefferson, Carolina, Laurilee y Rocío se han repetido entre miles de repartidores de toda Latinoamérica, una y otra vez, desde que empezó la pandemia de covid-19.

Sin embargo, a la par, en septiembre de 2020, Rappi aumentaba su capital en US$300 millones; lanzaba su nueva tarjeta de crédito en Colombia, en octubre del mismo año, en alianza con Visa y un banco local; y en julio de 2021 aumentaba de nuevo su capital en US$500 millones, mientras sigue gestionando su incursión en nuevas áreas, como la creación de una entidad bancaria digital en Colombia. Su mayor competencia, PedidosYa, no se quedaba atrás, y en septiembre de 2020 compró la también compañía de delivery Glovo, con la que se expandió a cinco nuevos mercados; en marzo de 2021 se fusionaba con IFood en Colombia, para competir con Rappi.

Frente a ello, más de 50 periodistas latinoamericanos, de 17 países, nos unimos para investigar un fenómeno lleno de contrastes:

Mientras que cientos de millones de personas estuvimos confinadas en América Latina, miles de repartidores de comida (muchos migrantes) arriesgaron la vida y la salud para entregar todo tipo de alimentos. Desprovistos de seguridad social, salario base o cualquier tipo de prestaciones o apoyos del gobierno, los trabajadores de diversas plataformas de delivery de comida cargaron en sus hombros, o en sus piernas, una parte importante de la estabilidad social durante los peores meses de la pandemia. De hecho, lo siguen haciendo. Y por supuesto, llenaron los bolsillos de las empresas detrás de estos aplicativos.

Para esta investigación se entrevistaron a más de 75 repartidores de 13 países, se revisaron 22 papers académicos sobre precarización laboral de las personas trabajadoras de delivery, numerosos debates sobre si existe o no subordinación entre el repartidor y la empresa de repartos (y por ende, relación laboral), y se leyeron 29 reportajes sobre el tema de una gran cantidad de países de toda la región.

Además, el equipo de Repartos LATAM decidió usar tecnologías de la descentralización y convertir piezas del especial en Non Fungible Tokens, para asegurarnos de la perdurabilidad de los hallazgos de esta investigación regional, sin intermediarios que afecten la historia detrás. Utilizamos la red Tezos y seleccionamos cuidadosamente qué piezas mintear para no dejar una gran huella de carbono con el uso de estas tecnologías.

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Después de más tres meses de reportería e investigación,
estos son nuestros hallazgos

La pandemia por covid-19 ayudó a crecer a las plataformas de delivery en América Latina

En América Latina y el Caribe existen no menos de 45 aplicaciones de delivery. Una de las más famosas en la región, PedidosYa, se fundó en Uruguay en 2009; su mayor competencia, Rappi, se fundó en Colombia en 2015.

Si bien el uso de este tipo de apps se popularizó en los últimos cinco años, el crecimiento de muchas de estas plataformas explotó durante la pandemia.

En algunos países duplicaron y triplicaron la cantidad de “socios repartidores”.

Actualmente, tan solo las dos principales empresas del sector en América Latina: Rappi y PedidosYa, superan los 214 mil repartidores a lo largo y ancho de todo el continente.

106 mil 400 repartidores

2019

179 mil 500 repartidores

2020

En 2019, Rappi en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México* y Uruguay contaba con 106 mil 400 repartidores registrados. En 2020 esa cifra aumentó a 179 mil 500 repartidores, en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México* y Perú. La plataforma reportó un crecimiento del 20% cada mes desde que comenzó la pandemia.

PedidosYa pasó de tener unos 15 mil repartidores en toda la región en 2019, a tener 35 mil, hasta mayo de 2021.

*Dato suministrado en solicitud de información.

¿Pero qué historias hay detrás de estos números?

En Repartos LATAM, entrevistamos a 75 repartidores en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.

¿Dónde trabajan?

Rappi
0%
Pedidos Ya
0%
No quiso responder
0%

¿Cómo se mueven?

Van en moto
0%
Van en bici
0%

Ganan, en promedio, 2$ por entrega.

País Pago por pedido* Sueldo mínimo Pedidos al mes para sueldo mínimo Entregas por día
Argentina
1 USD
US$ 298,03
298 pedidos
12 - 13 pedidos
Brasil
0,93 USD
US$ 213,17
229 pedidos
10 pedidos
Chile
1,89 USD**
US$ 438,36***
231 pedidos
9 pedidos
Colombia
1 USD
US$ 242,02
242 pedidos
10 pedidos
Costa Rica
1,12 USD

US$ 511,86

US$ 1.093,34 ****

456 pedidos *****
19 pedidos
Ecuador
1,50 USD **
US$ 400
266 pedidos
11 pedidos
El Salvador
0,30 centavos USD por km**
US$ 240- US$ 360
Debe recorrer 800 km*****
Debe recorrer 33 km
México
2 USD
US$ 213- US$ 321
107 pedidos *****
4-5 pedidos
Paraguay
2 USD
US$ 330,81
165 pedidos
7 pedidos
Perú
1,80/ 0,37 USD**
US$ 227,54
613 pedidos
26 pedidos
Venezuela
4 USD

US$ 2,22 ******

Canasta básica: 220,27 USD

55 pedidos para cubrir la canasta básica alimentaria
2 - 3 pedidos

*Puede variar de acuerdo con la distancia, demanda y horario. Suele ser determinado por el algoritmo.
**Tarifa base. El total varía de acuerdo con la distancia.
***Trabajadores mayores de 18 años y de hasta 65 años.
****Se calculan de acuerdo con el tipo de trabajador.
*****Para alcanzar el escalafón más bajo.
******Cálculo promedio de junio

Sí, muchos ganan alrededor o más del sueldo mínimo de sus países.
Pero, ¿a qué costo?

36% de los repartidores recorren entre 30 km y 90 km al día.

33% recorren más de 90 kilómetros diarios.

50% trabajan más de 8 horas diarias.

0%

hace (o debe hacer para obtener buenos ingresos) entre 10 y 30 entregas diarias.

Esto es entre

240 y 720

entregas mensuales

si trabajan 6 días a la semana.

Médicos afirman que la rutina que realizan los repartidores que van en bicicleta es similar a la de un atleta de alto rendimiento, por lo que los repartidores deberían alimentarse más de lo que haría un ciudadano común.

Sin embargo, los repartidores no se hidratan, ni comen ni descansan lo recomendado, lo cual puede tener un impacto adverso en su salud. Y es que: ¿tienen tiempo?

Spoiler alert: NO.

Los repartidores trabajan bajo la presión de un algoritmo. Una vez conectados, los repartidores reciben solicitudes de pedidos de acuerdo con su clasificación y otras mediciones que a veces son desconocidas para los repartidores, como tiempos de entrega o eficiencia.

Si rechazan un pedido (porque, por ejemplo, la zona es peligrosa), el algoritmo les asignará menos pedidos.

Además del estrés, las personas repartidoras se exponen al hostigamiento, la violencia física o verbal, el acoso sexual, el agotamiento emocional que predispone para una depresión prolongada, la adicción al trabajo como mecanismo para que aumenten los ingresos.

Los repartidores trabajan bajo la presión de un algoritmo. Una vez conectados, los repartidores reciben solicitudes de pedidos de acuerdo con su clasificación y otras mediciones que a veces son desconocidas para los repartidores, como tiempos de entrega o eficiencia.
Fuente
Si rechazan un pedido (porque, por ejemplo, la zona es peligrosa), el algoritmo les asignará menos pedidos.
Pero no tienen muchas opciones. Más del 60% de los repartidores entrevistados solo cuentan con este empleo.
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Mientras los repartidores laboran en estas condiciones, en julio de 2021 Rappi anunció que su valor aumentó a US $5.250 millones, tras su más reciente ronda de financiación. Y PedidosYa, de acuerdo con su CEO, fue valorada en mayo de 2021 en US $ 2.500 millones.

Entre las dos compañías suman una riqueza de

0
USD dólares

Su crecimiento se ha expandido, también, gracias a la adquisición de otras empresas de delivery en la región.

PedidosYa compró Glovo en 2020, por 170 millones de euros. Ese mismo año, otra de sus empresas, Domicilios.com, se fusionó con IFood en Colombia, para competir con Rappi.

PedidosYa pertenece desde 2014 a la empresa alemana Delivery Hero, quien también es accionista de Rappi, desde 2018, cuando invirtió US$ 105 millones; en 2020 invirtió, de nuevo en Rappi, esta vez US$ 300 millones.Delivery Hero fue valorada en US$23.600 millones en 2020.

¿Cómo lo hacen?

Las plataformas de entrega cobran a los restaurantes, tiendas y supermercados una tarifa de comisión, y cobran a los clientes una tarifa de entrega. La comisión que se cobra a los restaurantes o supermercados oscila entre el 12 y el 35 por ciento según la plataforma y el país.

Con el aumento de pedidos a domicilio, provocado por las restricciones de movilidad durante la pandemia, los ingresos de las aplicaciones aumentaron de manera exponencial.

Pero aumentan las ganancias para las empresas y bajan para los repartidores.

En las plataformas más grandes de delivery, la tarifa para los repartidores se determina utilizando algoritmos que se basan en una serie de factores, como la demanda y la distancia, entre otros. Solo cuando los repartidores han aceptado la entrega, se les ponen las tarifas a su disposición, explica la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A mayor cantidad de repartidores (como ha ocurrido en la pandemia) menos cantidad de pedidos por trabajador, y menos ingreso. 

¿Cuándo comenzaron a operar estas compañías en LATAM?

Rappi

Rappi se fundó en Colombia en 2015.

Fundadores: Simón Borrero (actual CEO), Sebastián Mejía (actual presidente) y Felipe Villamarín.

Tiene presencia en 9 países de América Latina: México, Costa Rica, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, y más de 250 ciudades.

Pedidos YA

PedidosYa se fundó en Uruguay en 2009.

Fundadores: Ariel Burschtin, Álvaro García y Ruben Sosenke. Esteban Gutiérrez es el CEO, Juan Pablo Velasco es el Director general y Julio Moreno es el Director de Operaciones y Logística.

Tiene presencia en 15 países de América Latina: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Además de estas aplicaciones, otras más tienen presencia en la región:

Pero también hay países sin Rappi ni PedidosYa. El Caribe es un ejemplo de ello.

Sí, su funcionamiento ha sido importante durante la pandemia

La pandemia trajo consigo mayor desempleo en la región.
En 2020, la tasa de desempleo superó el 10% en Costa Rica, España, Colombia, Brasil, Argentina, Guatemala, Uruguay, Chile y Venezuela. Mientras esto solo había pasado en cuatro países en 2019.

Sin embargo, el número de repartidores en Rappi y PedidosYa se multiplicó.

En el caso de Rappi Chile el número de pedidos en categorías como farmacias, restaurantes y supermercados, comparado con el mismo período en el año 2019, aumentó en un 250% desde el inicio de la pandemia (marzo) hasta junio 2020.

Entonces, sí, las aplicaciones salvaron negocios y ayudaron a miles de personas a trabajar cuando se quedaron sin empleo.

Ofreciendo la posibilidad de comprar desde el hogar, que permitió mantener a las personas (compradores) en zonas seguras.

Generando un gran número de empleos.

Pero no todo ha sido color de rosa...

De acuerdo con una encuesta de la OIT hecha a 12,000 trabajadores en 100 países:

94% de los trabajadores tuvieron que tomar medidas y asumir costos personales para reducir los riesgos laborales de infectarse con covid-19.

7 de cada 10 trabajadores no pueden tomar licencia por enfermedad remunerada.

0%

tuvo que reducir sus gastos

desde que empezó la pandemia

0%

tuvo que

usar sus ahorros

0%

aplazó el pago

de facturas

0%

pidió

un préstamo

0%

vendió

posesiones

0%

comenzó a cultivar

o criar animales

Pero, de nuevo, no tienen otra opción. Dejar de atender pedidos amenaza su calificación y, en muchos casos, su única fuente de ingresos.

En junio de 2021, Rappi lanzó un comunicado donde se explicaba que la empresa vacunaría a 2,000 de sus repartidores (lo que representaría apenas el 5% de los rappitenderos en el país) contra el covid-19. ¿Quiénes podrían acceder a la vacuna? “Quienes más órdenes hagan”, dijo Juan Sebastián Rozo, director de Asuntos Públicos de Rappi. El tema generó diversas críticas por la forma cómo fue planteado y al final la empresa tuvo que retirar la propuesta. 

Los accidentes de tránsito también los aquejan todos los días.

0%

de los repartidores que entrevistamos conocen a alguien que tuvo un accidente.

0%

han tenido un accidente y también conocen a alguien que tuvo uno.

Sin embargo…

0%

de los repartidores entrevistados

afirmó que trabaja sin seguro médico.

Más del
0%

no tienen

su vehículo asegurado.

0%

sí tienen un seguro, pero 97%

lo costean sin ayuda de la empresa.

En Repartos LATAM nos dimos a la tarea de recopilar registros de prensa de accidentes y otros incidentes que han afectado a los repartidores en toda Latinoamérica, desde marzo de 2020

  • De 110 casos encontrados en prensa, 5 fueron accidentes de mujeres (3 fallecieron).
  • 95 accidentes ocurrieron a repartidores en motocicleta.
  • Los países con mayor registro de incidentes fueron: 
    • Perú, con 14.
    • México , con 12.
    • Colombia, con 12.
    • Argentina, con 10.
  • Hay dos registros de accidentes con repartidores menores de edad.
  • 48 accidentes/ incidentes le ocurrieron a personas entre 18 y 30 años.
  • 58 reportes no incluyeron el nombre de la compañía de delivery.
  • Rappi (12) y UberEats (9) son las compañías con mayor reporte de accidentes en prensa. 
  • Gravedad:
    • 54 accidentes fatales
    • 46 accidentes con lesión
    • 3 accidentes sin lesión.
    • 4 homicidios.
    • 2 robos o asaltos.
  • 9 afectados fueron identificados como migrantes.

Entonces, ¿se trata o no de un trabajo precarizado?

Entre los repartidores que entrevistamos hay contradicciones.

Para muchos, estas plataformas les han ofrecido la oportunidad de trabajar cuando perdieron sus empleos, les permiten organizar sus propios horarios y alternarlo con otras labores, y como repartidores pueden ganar más dinero que en otros empleos.

Para muchos otros, el pago por cada pedido entregado es injusto e insuficiente, y reclaman derechos laborales que las plataformas no les otorgan, como un seguro médico, prestaciones o respuestas a sus reclamos, que no parecen ser escuchados.

Sin embargo, las condiciones para todos son las mismas.

  • Los repartidores deben comprar a la empresa la mochila para llevar los pedidos, la ropa con la marca, sus propios cascos y pagar el servicio de datos del celular.

  • También debe tener su propio vehículo (bicicleta, moto, auto).

  • En algunos casos, incluso, deben pagar por usar el servicio de plataforma (paga para trabajar.

  • No cuentan con beneficios sociales, pues no se les reconoce como trabajadores.

  • Sus quejas no son procesadas.

  • Si ocurre un incidente, aunque no sea responsabilidad del repartidor, es este quien asume las consecuencias.

En julio de 2020, repartidores de Brasil, Chile, Ecuador, México, Costa Rica, Guatemala y Argentina se unieron, por tercera vez en el año, en una huelga internacional, para exigir mejores condiciones laborales y de protección ante la pandemia. Pero las protestas de repartidores no son nuevas. En julio de 2018, en el horario de máxima demanda, cientos de “rappitenderos” se reunieron en las plazas de los barrios con mayor movimiento comercial y se mantuvieron activos en la aplicación, pero no entregaron pedidos durante más de una hora, a modo de protesta. La huelga fue efectiva porque los pedidos se acumularon en los comercios generando grandes pérdidas para la plataforma. Tras la huelga, la empresa recibió a los activistas y respondió en forma positiva a la demanda de aumento de tarifas. No obstante, tiempo después los bloqueó de la aplicación.

En Chile, en mayo de 2021, el juzgado laboral rechazó la demanda de repartidores en contra de PedidosYa, que exigían ser reconocidos como trabajadores dependientes de la aplicación. Los demandantes también fueron bloqueados de la plataforma.

¿Hay o no hay relación laboral?

Aunque la OIT ha expuesto la necesidad de que cada legislación nacional determine la existencia de una relación laboral bajo la admisión de una variedad de medios o indicios, el debate es amplio.

Si las condiciones en que se ejerce la labor de repartidor ya es complicada, esto deja en especial vulnerabilidad a mujeres, población LQBTIQ+ y migrantes.

El doble filo de ser repartidor y migrante

Ante la pandemia, muchos vieron en las aplicaciones de delivery una solución, sobre todo los grupos más vulnerables. Una gran cantidad de personas migrantes optaron, entonces, por un trabajo que ofrecía beneficios y flexibilidad, pero, ¿a qué costo?

Documental

La pandemia de covid-19 aumentó el desempleo en toda Latinoamérica. Muchos vieron en las aplicaciones de delivery una alternativa, sobre todo los grupos más vulnerables. Miles de personas optaron por un trabajo que ofrecía beneficios y flexibilidad, pero, ¿a qué costo?

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En RepartosLATAM buscamos contrastar nuestros hallazgos con las empresas señaladas, en diversos países de la región.

En Colombia, el 6 de agosto, enviamos a Rappi (por solicitud de la compañía) un cuestionario que, de acuerdo con el equipo de comunicaciones, respondería un funcionario de la empresa, pero no obtuvimos respuesta.

Tras insistir, el 17 de agosto nos fue confirmada una entrevista con Juan Sebastián Rozzo, director de Asuntos Públicos, pero fue cancelada por Rappi dos días antes de la fecha pautada.
El 30 de septiembre, a través de una empresa de comunicaciones asociada a Rappi, intentamos acercarnos de nuevo, sin éxito.

En Perú, solicitamos entrevistas con Rappi, el 1° de septiembre, y con PedidosYa, el 3 de septiembre. En ambos casos las entrevistas fueron negadas.

En México, el 29 de junio, solicitamos diversos datos a Rappi. Fueron contestados datos generales, pero los datos de ingresos fueron omitidos “por cuestiones de competencia”.

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Una investigación de la Red LATAM de Jóvenes Periodistas.

Factual | Distintas Latitudes. 2021.